Gran Museo Egipcio

Valle de Giza, El Cairo, Egipto
2002

El Nilo y los navegantes del Río de Sombras

Los habitantes del antiguo Egipto (Kemé) idearon para la muerte un mundo análogo al que conocían en vida, lineal y surcado por un río.

En ese mundo vestían, trabajaban y ocupaban honores equivalentes a los que habían poseído.

Las construcciones que les permitirían alcanzar ese mundo no parecían estar hechas para los hombres, situadas sobre o en el interior de las dunas, en su esfuerzo por protegerlos del tiempo, de la arena. En ese mundo esperaban atravesar los tiempos navegando por el río de las sombras.

Lo consiguieron. Ellos están aquí.

Línea en el paisaje

El museo es una pieza encontrada bajo las dunas, una gran línea en el paisaje. No está hecha para los hombres. Es la nave que los lleva* muy lentamente.

El GEM es el lugar de encuentro de nuestro tiempo con los navegantes del río de sombras. La pieza encontrada que nos permite acercar nuestro tiempo a los tiempos de los navegantes. Como Egipto, como el Nilo, es una secuencia lineal.

Ritual de acceso

El espacio expositivo del museo es el camino en que se encuentran dos tiempos distintos. El tiempo muy breve de los visitantes, el tiempo muy lento, casi estático, de los navegantes y sus abalorios. Este último es el que da cualidad al espacio. Por este motivo, porque el museo posee el tiempo y el espacio de lo expuesto, es necesario un ritual de acceso, una secuencia de preparación, para hacer trascendente el encuentro. Este ritual es en sí arquitectura.

El Palmeral. En la zona de contacto con la autopista, en el límite entre duna y terreno cultivable, el palmeral, el parque del Nilo, actúa como filtro del contacto con la ciudad y la carretera. Controla la luz y define un espacio.

Rampas de ingreso. Con circuitos ascendentes que  penetran en el interior de las dunas.

Descenso al río de sombras. Los aparcamientos, como un puerto excavado, desde donde los visitantes descenderán a la cota de agua enterrada.

Arquitectura del GEM

La pieza encontrada, como las pirámides con las que se relaciona vista desde el cielo, posee una construcción, una materialidad y una luz que le son específicas. Al igual que ellas, y que los objetos destinados a atravesar el río de sombras, posee una gran abstracción formal.

Construir con arena

El GEM se construye con arena, con tiempo. La arena, convertida en vidrio masivo armado, o formando parte de aglomerado con polímeros, da cuerpo a unas piezas, tablillas de 60x50x5m, que por seriación producen secuencias de movimientos, secuencias temporales: los caminos de encuentro con lo expuesto.

Las tablillas

 Las tablillas escriben los espacios del museo en sus perforaciones.

Las tablillas seriadas son el sistema específico con que se construye el GEM. Este sistema constructivo produce unos espacios que le pertenecen, y su material filtra una luz que, así mismo, le es propia. De igual modo, las dimensiones de la tablilla, reconocidas en diversos momentos del edificio, permiten identificar su escala.

El camino de la religión

El museo, como camino en que se encuentran diversos tiempos, se estructura por medio del circuito expositivo de la religión. Es el camino de la sombra a la luz, desde un espacio mítico y extremadamente vertical hasta una horizontal abertura al paisaje, a la pirámide de Keops. Asociados a este circuito, y tomando secciones espaciales adecuadas, transcurren el resto de los circuitos expositivos permanentes y especiales. La organización lineal de este apartado esencial del programa del GEM facilita enormemente su comprensión y funcionamiento.

Estructuración funcional

Tablillas específicas de comunicaciones, aseos y seguridad estructuran las relaciones entre los distintos apartados funcionales del programa del GEM. Las distancias entre estas tablillas permiten, de una manera flexible, estructurar cronológicamente los espacios expositivos.

Una arquitectura específica y única.