Dos Paisajes

Dibujas con agua en las barras de los bares. La forma depende tanto del movimiento del dedo, como de la tensión superficial y el material del soporte. El dibujo, seco, a veces visible como un brillo distinto en la superficie. Proyectar así, donde la línea del pequeño demiurgo sea sensible a las sutiles fuerzas, aquellas tan fáciles de destruir como irrecuperables.

Marco Polo, en el texto de Italo Calvino, narrando ciudades, habla de Venecia. Vemos desde la referencia. La referencia escoge el orden.

El paisaje, entendido como estrategia de proyecto, requiere un mayor contacto con lo existente, y una menor elección formal previa. Contacto es pensar con todo: con los sentidos, las emociones y las intuiciones; con la razón, con la memoria.

Se trata de olvidar la referencia, oír los lugares para encontrar su ritmo, su tiempo y su tono; y buscar la posibilidad en lo existente. Y, como en tantas obras de creación contemporáneas, considerar a la realidad material de la ficción, del proyecto.

El paisaje, entendido como estrategia de proyecto, no es el reconocimiento de un mero acontecimiento visual; no está construido por signos, ni espera de éstos el establecimiento del orden. Espera no construir, no pensar, no proyectar en, sino proyectar con. Es un proceso que es reciclaje, y que exige perseguir el encuentro y tener el coraje de acercarse. Y es atención a los distintos procesos que han dado forma al lugar y a las tensiones que éste soporta. No intenta identificar “el problema”, busca colaboración y diálogo con lo existente y sublimar la necesidad. En él, a veces, la fenomenología es puerta de acceso. Y la atención no es superposición de filtro, de una idea previa de paisaje, sino reconciliación.

El proyecto así buscado no intenta actuar por imposición, sometimiento, extrañamiento, continuidad, asimilación o contraste; espera la resonancia.

Este es el paisaje del pensamiento.

La referencia es un paisaje interior, como esta casa en un barrio histórico de Granada, la casa que habito. En ella, siento, cabe la resonancia.

Dibujas con agua el proyecto en el pensamiento. Y deseas que los proyectos sean algo como escribir o dibujar con lápiz blando, sabiendo que los límites se harán borrosos, el texto difuso: una forma de integrar pensamiento y tiempo; lugar y arquitectura.

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